La instalación de paneles solares en casas particulares creció en los últimos años. Cómo funcionan y cómo se puede «inyectar» energía sobrante a la red.
La llegada del calor y el verano en la Argentina suele ser sinónimo desafortunado de un temor ante los ya clásicos cortes de luz. A las temperaturas agobiantes, entonces, se le suman horas extenuantes sin energía para refrescarse, y la incertidumbre por los electrodomésticos.
Sin embargo, una solución ligada a la tecnología y la sustentabilidad se volvió cada vez más real y posible de implementar. Se trata de la utilización de paneles solares; ya que, además del guiño al ambiente y al sobrecargado sistema energético, redunda en un beneficio para los bolsillos de los consumidores.
Cada vez son más quienes deciden colocar paneles solares para darle energía renovable a toda la casa, y de ello hay pruebas recientes. El emprendimiento urbano «Puertos», una suerte de pequeña ciudad ubicada en Escobar, al finalizarse constará de 24 barrios, ya cuenta con la primera casa que no solo se autoabastece de energía limpia, sino que también inyecta energía a la red local.
QUÉ SON Y CÓMO FUNCIONAN LOS PANELES SOLARES
Los paneles solares o fotovoltaicos son placas o artefactos que ofician de intermediarios para receptar o captar luz del sol. Estas placas permiten que los fotones, o partículas de luz, golpeen electrones libres de átomos y generen un flujo de electricidad.
Los equipos están conformados por una gran cantidad de unidades pequeñas llamadas «células fotovoltaicas» que, unidas, forman al panel. Mediante la generación de un campo eléctrico convierten la luz solar en electricidad.
A través de una conexión específica al medidor, esa energía puede utilizarse para todo lo requerido en un hogar, al igual que sucede con la recibida por la red.
Desde 2018, con la reglamentación de la Ley 27.2424 de Generación Distribuida, la instalación de paneles solares en casas particulares comenzó a transformarse en una posibilidad para muchas familias de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
Los usuarios que lo deseen, entonces, deben solicitar a la distribuidora que les corresponda, un medidor bidireccional, y, en caso de que cuenten con energía excedente (luego de abastecer su propia casa), se «inyecta» a la red nacional. Además, en estos casos, el costo de la factura es de cero.