Los desechos de neumáticos, representan un importante desafío de sostenibilidad a nivel mundial.
Debido a esto un nuevo estudio realizado por investigadores australianos ha probado y verificado la integridad estructural de las paredes construidas con neumáticos llenos de tierra, y los resultados ofrecen potencialmente nuevas oportunidades para su reutilización al final de su vida útil en la industria de la construcción.
Si bien las paredes de neumáticos rellenos de tierra se han utilizado en escenarios de construcción  durante décadas, anteriormente no había datos empíricos sólidos disponibles para respaldar su uso, un hecho que ha limitado su aceptación más amplia por parte de arquitectos e ingenieros.
Los muros de neumáticos no solo son estructuralmente tan sólidos como los muros de contención de concreto o madera, sino que también son extremadamente resistentes.
Por ejemplo, a diferencia de un muro de concreto convencional, se descubrió que estos muros tienen la capacidad de ‘recuperarse’ después de un impacto, como el de un terremoto.
Si bien el estudio solo probó un muro del mundo real, también se están desarrollando modelos de software que permiten extrapolar los datos obtenidos a otros diseños, haciendo que los resultados sean aplicables a una amplia gama de escenarios y partes interesadas
Casa construida con neumáticos en desuso
Casa construida con neumáticos en desuso
Esquema para la construcción de muros con neumáticos
Esquema para la construcción de muros con neumáticos
El arquitecto estadounidense Michael Reynolds lleva años desarrollando sistemas constructivos con desechos, entre ellos, neumáticos.
En Argentina, en el año 2014, mas precisamente en Ushuaia, en el Fin del Mundo, se construyó la primer Nave Tierra de Sudamérica.
Las Earth Ships, su término en inglés, son casas fabricadas con basura reciclada y están pensadas para funcionar en forma sustentable. El principal material son neumáticos rellenos de tierra que le dan forman a las paredes. Es un sistema que permite utilizar la masa termal interior para mantener una temperatura confortable. Las casas cuentan con sistemas de reutilización integral de agua y de tratamientos cloacales. Mike y su compañía, Earthship Biotecture of Taos, viajan por distintos lugares del mundo para construirlas y así continuar lo que inició en 1978 junto a su familia en Nueva México donde comenzó la construcción de un poblado con la marca Reynolds que luego se convirtió en una comunidad.
Allí, además de darle forma a la Nave Tierra bautizada como Tol-Haru, que funciona como Estación Esperimental para la Conservación del Medio Ambiente, Reynolds realizó una academia teórica y práctica con 50 alumnos de todo el mundo que fueron seleccionados por el arquitecto. El grupo recibió una capacitación intensiva sobre la metodología y la técnica de este concepto ecológico para profundizar el desarrollo de la construcción autosustentable. Entre los asistentes estuvieron dos jóvenes Qom argentinos que replicaron el modelo dentro de su comunidad.
Nave Tierra Ushuaia
Nave Tierra Ushuaia

Para la fabricación de Tol-Haru el programa Ushuaia Recicla aportó 330 neumáticos, 3000 latas de aluminio, 5000 botellas de plástico y 3000 de vidrio. Como todas las Earth Ships tiene su propio sistema de ventilación y está diseñada para potenciar los recursos naturales disponibles. Por ejemplo, las ventanas dispuestas de cara al sol asimilan mejor la luz y el calor. La construcción, en forma de herradura, maximiza la iluminación natural. Los densos muros interiores, de neumáticos rellenos de tierra, proporcionan una masa termal que regula y aisla la temperatura cálida interior o fría exterior. Los muros interiores fueron fabricados de una estructura de latas unidas con estuco.

Autor: Juan Fischböck

Fuentes:

Fundación Reynolds

Diario La Nación

Portal Arq.com.mx

Por jfish

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