Con estilo de mediados de siglo y un sistema autosostenible, esta casa moderna da lecciones de diseño y arquitectura verde.

¿Quién diría que una casa moderna estaría relacionada con el ciclismo? Cuando el arquitecto Harsh Soneji se apuntó a una expedición en bicicleta hace unos años, no esperaba que un encuentro casual con un compañero ciclista le llevaría a firmar también su próximo proyecto: «Él y yo empezamos a hablar de sustentabilidad, minimalismo y veganismo, ideologías que compartíamos. Unos meses más tarde, se puso en contacto con nosotros para plantearnos un interesante reto de diseño para su casa moderna, en la que quería reflejar esos mismos principios», recuerda Soneji, mitad de Studio MAT Architects, que se encargó del proyecto en colaboración con la otra mitad de la empresa, Pratha Bhagat. El compañero ciclista se llamaba Swapnil Karne. Y desde el principio tuvo claro el tipo de casa que quería: sostenible, sencilla y sin estrés. Tanto, que ya tenía un plano de planta y una nota conceptual listos para su bungalow.

Soluciones sustentables
La transformación estaba plagada de dificultades: la ventilación era limitada, la luz solar insuficiente y las paredes estaban afectadas por filtraciones. Así pues, la única solución era una reforma integral. Al revitalizar el edificio, Soneji y Bhagat se propusieron que siguiera siendo respetuoso con el medio ambiente, una decisión que requirió una cuidadosa reflexión e intervenciones sostenibles. Hoy, fieles a su visión, el consumo eléctrico de la casa es notablemente bajo. La energía solar representa el 90% del consumo total, mientras que la automatización inteligente garantiza que las luces se apaguen cuando no se utilizan.


Por supuesto, las intervenciones no se limitan solo a la tecnología, puesto que algunas de ellas son exclusivamente elementales. Por ejemplo, los acabados interiores de enlucido de cal y los tratamientos de bambú de las fachadas producen de manera conjunta un efecto de refrigeración pasiva en esta casa moderna que quita la necesidad de aire acondicionado (al menos en su mayor parte). Y en los monzones, unos depósitos subterráneos recogen el agua de lluvia para consumirla el resto del año.

Luz natural
Como era una casa adosada, Soneji y Bhagat sabían que había pocas posibilidades de dejar entrar el sol: «Solo teníamos dos fuentes de luz y ventilación: una delante y otra detrás. Los dos lados adyacentes estaban completamente bloqueados», explica Bhagat. Para conseguir que la luz y la brisa penetraran en el interior, los arquitectos se despidieron de las paredes del estudio, la sala, el comedor y la cocina, y optaron por contraventanas correderas de cristal para dejar entrar la luz del sol. El mobiliario fue igualmente meditado. La madera recuperada fue el material elegido para los tabiques, puertas, contraventanas, sillas y mesas, al igual que el ratán tejido en la zona, que se utilizó para suavizar las formas de madera.

Para Karne, esta casa moderna es una obra de amor hecha para honrar a su familia y al medio ambiente a partes iguales: «Estoy orgulloso de haber logrado nuestro objetivo de crear un espacio vital verdaderamente especial que se ajusta perfectamente a nuestra visión. Nuestra casa es una fuente de confort y alegría, y no podríamos estar más contentos con el resultado», concluye.
Fuente: admagazine.com