La que parecía una vivienda sin posibilidades y llena de humedades ha sido transformada por el equipo de Alma Project en una oda al Mediterráneo, llena de artesanía, materiales naturales y máxima calidez.

Esta antigua casa de pescadores confirma que hasta los proyectos ms complicados pueden convertirse en una casa de revista

Pocos creerán que, antes de que esta casa en la Costa Brava pasara por las manos del estudio Alma Project, era difícil ver potencial a esta vivienda. Pero así era. El estudio barcelonés formado por Mariana Larentis y Alberto Medina visitó por primera vez esta casa en Sa Riera, la cala más grande del municipio de Begur, durante un mes de octubre. “Nos sorprendió la humedad, el frío y el viento que envuelve esa zona de la costa en esa época del año”, dicen. Se trataba de una antigua casita de pescadores de dos plantas, la baja utilizada como almacén para los útiles de pesca y la primera planta como vivienda.

Mirar más allá

Estancias mínimas y oscuras, humedades por su enclave en la roca, sin conexión entre las dos plantas… La primera impresión no fue la más optimista. “El escenario era tan desalentador que, al salir de la visita, los clientes preocupados nos preguntaron si se habían equivocado en la compra o aquello tenía solución”, explican desde Alma Project. Sin embargo, también añaden: “nosotros nos fuimos de allí convencidos de que podíamos conseguir algo espectacular. Al final, son este tipo de proyecto, estos retos, los que como arquitectos más nos motivan y nos hacen mejores profesionales”.

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A la complicación que ya tenía el lienzo base, se unieron las necesidades de los clientes. “Querían que en los cien metros cuadrados que tiene la vivienda, encajásemos, un salón, cocina y terraza, con habitación en suite y aseo en planta primera, una escalera para comunicar las dos plantas y baño, despensa, lavandería, dos habitaciones dobles y una plaza de garaje en planta baja”, dicen.

Para empezar, fue primordial decidir la ubicación y el diseño de la escalera. Tenía que ser algo compacto y ligero, por lo que se optó por una escalera de caracol metálica y pintada en blanca. “La ubicamos estratégicamente en el centro de la vivienda para separar las habitaciones del resto de la casa”, afirman.

El Mediterráneo como protagonista

Dada la ubicación de la vivienda, en el centro de una cala, con unas bonitas vistas al mar, era imposible que la inspiración no viniera del entorno, del Mediterráneo, la artesanía y las tradiciones de la zona. Para revestir las paredes optaron por Tadelak, un revoco de cal de gran dureza y resistencia a la humedad, originario de Marrakech. “Se aplica frotando con una piedra que le da un acabado pulido muy artesanal”, explican. Los suelos, en un tono que recuerda a la arena de la playa de la zona. Y todo vestido en linos tierra y fibras naturales como caña y ratán.

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En la primera planta, se creó una sola zona de día que incluye cocina, salón y comedor. “Necesitábamos un protagonista que unificase y presidiese el espacio. Optamos por una isla de cocina a modo de bloque minimalista y contundente, gracias a esos veteados con gran personalidad, que la hace destacar sobre el resto mucho más neutro y relajado”, dicen desde el estudio. La única pérdida: la terraza. Como no quedó espacio, se instalaron unos paneles de vidrio en la parte del salón que permiten recogerse fácilmente y abren la estancia al exterior de forma exponencial.

Protagonistas inesperados

Los baños de toda la vivienda se revistieron de microcemento en color arena que se combinó con unas picas hechas por un artesano local en mármol y con el frontal labrado. Pero, sin duda, la ducha circular de la planta baja es uno de los puntos de atracción de toda la vivienda que, como pasa muchas veces, surgió espontáneamente de la pura necesidad “al aprovechar un muro curvo existente”.

Otro de los elementos que más nos gustan son los armarios de obra de la planta baja que se diseñaron a lo largo de un pasillo como opción alternativa a la despensa y la lavandería -para los que no quedó más espacio-. Las puertas de estos han sido enteladas con cáñamo, una solución ideal que permite la ventilación sin que se vea el interior.

Como guinda final, las obras del pintor catalán Jordi Díaz Alama, que encajan genial con el diseño de la vivienda. “Siempre que podemos, recurrimos a obras de arte y trabajos de artesanos locales. Al final, son estos detalles los que transforman una casa en un verdadero hogar”, terminan.

 

Fuente: revistaad.es

Por jfish

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