Nuestra empresa, Luciérnaga Home S.A., funciona en forma colaborativa, cultivando la cultura del Ganar-Ganar, donde todos los dependientes, contratistas, proveedores, colaboradores e incluso clientes participan de alguna manera, en las ganancias que generamos. Además nos preocupamos por el medio ambiente, asumiendo el compromiso de que todos los desarrollos urbanos en los que participamos, tengan bajo impacto ambiental.
Y en esto no estamos solos.
Hay un nuevo modelo de capitalismo en marcha. Es necesario que los principales actores del mercado replanteen el modelo económico actual y evalúen la mejor manera de incorporar formas e instrumentos que reflejen las necesidades actuales de nuestra sociedad y el medio ambiente. Es posible una nueva economía, en donde las empresas compiten por ser mejores para el mundo, las personas y la naturaleza.
La construcción de un nuevo modelo económico requiere empresas que equilibren el propósito y las ganancias.
¿Qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera inequidad creciente, acaba con el agua y otros recursos de la Tierra, profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas?
Cuanto mejor sería todo si logramos una economía que pueda crear valor integral para el mundo, promoviendo formas de organización económica que puedan ser medidas desde el bienestar de las personas, las sociedades y la Tierra, de forma simultánea y con consideraciones de corto y largo plazo.
Empresas B
Las empresas B o B corporations son un tipo novedoso de compañías que buscan utilizar las fuerzas del mercado para dar respuesta a problemas sociales y/o ambientales de las comunidades en las que están insertas. Si bien en los últimos años se ha incrementado el compromiso del sector privado en términos sociales y ambientales (incorporando por ejemplo políticas de Responsabilidad Social Empresaria), las empresas B se diferencian por perseguir la doble misión de generar utilidades razonables para sus inversionistas y generar, mediante su actividad principal, beneficios sociales. Las empresas B amplían el deber de accionistas y gestores para incluir intereses no financieros, se comprometen a generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, y a operar con altos estándares de gestión y transparencia, al tiempo que buscan el mejor rendimiento financiero y permiten la distribución de utilidades entre accionistas. Con el fin de proteger legalmente esta doble misión ante eventuales cambios de dirección, las compañías incorporan un compromiso de impacto social y/o medioambiental en sus estatutos.
El modelo fue creado por la ONG B Lab, fundada en Estados Unidos en el año 2006 con la misión de proporcionarle a los consumidores herramientas para diferenciar entre tácticas de marketing y acciones verdaderamente positivas de parte de las empresas.
Luego de su nacimiento en Estados Unidos, la comunidad de empresas B se expandió a Canadá y a finales del año 2011 ya se habían certificado 500 empresas entre ambos países.
El Sistema B llegó a América Latina en el año 2012, a partir de un grupo de emprendedores chilenos fundadores de la empresa Triciclos, primera empresa B certificada de la región.
Poco después, aparecieron las primeras Empresas B en Argentina y hoy son mas de 140 en funcionamiento.
Las Empresas B tienen otra forma de entender el mercado menos egoísta y avariciosa, para potenciar la labor del emprendedor creando y apostando por valor para todos.
Pero para ser una empresa B no basta con tener buenas intenciones, es necesario comprometerse a mejorar permanentemente y demostrarlo mediante la obtención de una certificación.
En la práctica, su paradigma del triple impacto positivo se refleja en:
Propósito: estas empresas tienen como objetivo ayudar a resolver un problema que afecte a la sociedad o el medio ambiente.
Responsabilidad: mediante un proceso de mejora continua las empresas B se comprometen a resguardar el bienestar y los intereses del medioambiente, la comunidad, sus trabajadores y clientes.
Transparencia: todas las acciones llevadas a cabo se deben medir e informar para cumplir con un estándar de buenas prácticas común a todas las empresas de este tipo.
El Movimiento B colabora con líderes de todos los sectores de la sociedad y lo construyen todos los que trabajan, compran, invierten, aprenden, enseñan o apoyan a las empresas que se esfuerzan por crear un Sistema económico inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y el planeta.
Una Empresa B, junto con otras, dan lugar a una comunidad de organizaciones que están apostando por redefinir el éxito en los negocios. Para formar parte de esta comunidad apuestas por cumplir unos altos estándares de transparencia, rendición de cuentas y de desempeño. Estar certificado como Empresa B te permite salir de un mercado saturado ofreciendo una visión positiva y una nueva manera de hacer negocios.
Requisitos mínimos para ser Empresa B:
- Llevar más de 12 meses de operaciones
- Las empresas que llevan menos de ese tiempo operando deberán acceder al sello B Pendiente.
- Operar en un mercado competitivo
- La empresa debe operar en un mercado competitivo y estar expuesta a los riesgos normales de ser empresa, competidores, impuestos, cambios en el mercado. Las empresas que operan en un monopolio, son controladas por el gobierno o que tienen beneficios sustanciales relacionados a la paga de impuestos por ejemplo, no serán elegibles para la Certificación B.
Requerimiento legal de Empresa B
La empresa debe poder y estar dispuesta a cumplir el requerimiento legal de Empresa B y a realizarlo efectivamente cuando corresponda según su proceso de certificación.
Entidad con fines de lucro
La filosofía de las Empresas B es probar que las empresas pueden hacerse cargo de resolver problemáticas socioambientales a través de su negocio. De este modo, entidades sin fines de lucro como fundaciones, ONGs, entre otras entidades civiles, no podrán acceder a la certificación de Empresa B dado que han sido creadas específicamente para resolver esos problemas.
Negocio Completo y Distinto
La Certificación de Empresa B es para negocios completos, incluyendo todas las áreas de gestión de dicha empresa. No es posible acceder a la certificación de manera individual para sus divisiones, marcas, departamentos o empresas que no tengan el control de su producto o servicio.
Un informe reciente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) destaca el avance de las empresas B.
En tal sentido, expresa que a pesar de la importancia global que tiene la empresa privada, en América Latina el abordaje de las preocupaciones socio-ambientales se ha centrado tradicionalmente en el Estado y, en menor medida, en la sociedad civil.
Sin embargo, las empresas B escapan a esta lógica y colocan al sector privado en el eje de la formulación de estrategias para enfrentar y resolver los principales problemas que afectan nuestras sociedades.
Las empresas B constituyen un fenómeno emergente con un considerable potencial de crecimiento. Este potencial se enmarca en un contexto donde cada vez se demanda más compromiso del sector privado en temáticas sociales y ambientales.
A modo de respuesta, se evidencia en las empresas un avance significativo hacia modelos de negocios en los cuales se incorporan políticas de Responsabilidad Social Empresaria. Sin embargo, estas innovaciones habitualmente se refieren a ciertas prácticas o determinados productos y no involucran al conjunto de la actividad corporativa. Por este motivo, el impacto que generan en la cultura organizacional es generalmente limitado y específico.
Las empresas B, en tanto, se proponen desarrollar prácticas innovadoras y transformadoras de la cultura empresarial colocando las preocupaciones sociales y ambientales en un lugar central.
En ese mismo informe, la CAC indica que el modelo tiene sus limitaciones.
La principal dificultad está dada por la propia rigurosidad de las exigencias que se obligan a cumplir estas empresas y que terminan restringiendo la expansión del modelo. Desde un punto de vista práctico, es improbable que la gran mayoría de las compañías, y sobre todo, las grandes corporaciones, puedan transformar sus modelos de negocios para cumplir una certificación de este tipo. Por ello, si bien las empresas B están actualmente en período de crecimiento, no es esperable que su experiencia se generalice a gran escala. La expansión del Sistema B sí resulta más factible para el caso de pequeñas y medianas empresas que cuentan con mayor flexibilidad para realizar las trasformaciones necesarias sin que esto implique afectar sus niveles de rentabilidad.
Luciérnaga Home se está preparando para iniciar el proceso de certificación como empresa B.
Una sociedad mas justa, mas equitativa, mas solidaria, mas inclusiva y menos depredadora de los recursos naturales, es posible.
Algunos podremos generar empresas B, otros podrán elegir trabajar en empresas B y todos podremos elegir consumir bienes y servicios provistos por empresas B.
Autor: Juan M. Fischböck, Presidente de Luciérnaga Home S.A.