Cómo enfría los edificios
El diseño único del sistema de fachada de malla Kaynemaile permite la entrada de luz natural, pero logra gestionar la ganancia solar pasiva dentro de la envolvente del edificio sin renunciar a la transparencia visual. Y lo hace proporcionando un ambiente térmico agradable incluso en los días con altas temperaturas, gracias a la reducción de la transferencia de calor radiante debida a la luz solar directa.
Los técnicos de la empresa han demostrado que su sistema desvía hasta el 70% de las ondas de luz visible e infrarroja, relacionadas con el sobrecalentamiento cuando se utilizan otros productos, como la malla de acero, que es conductora del calor. Por el contrario, Kaynemaile está fabricada con un material aislante que ofrece un sombreado muy eficaz para controlar la temperatura interior de los edificios y mucho más barato que otros métodos, como los acristalamientos instalados a posteriori.
La estructura de malla tridimensional se mantiene a una temperatura reducida, incluso en pleno verano, ya que una elevada proporción de la superficie de la malla está siempre a la sombra, ayudando a moderar el ambiente térmico interior. Además, al pasar el aire, proporciona un efecto refrescante.
Para muestra, un botón. Este tipo de malla se utilizó en la fachada del aparcamiento de la Universidad de Loma Linda en San Bernardino (California). Allí, con un clima muy cálido y seco, era necesaria una gran protección solar compatible con la circulación del aire. Instalada de forma rápida y sencilla como largas tiras en forma de rejilla, la malla logró reducir la temperatura de la superficie de 40°C a 28°C sin gastar ni un solo vatio.
Material reciclable
La última mejora en este sistema ha llegado de la mano de Covestro, líder mundial en la producción de polímeros avanzados. Fruto de su alianza con esta compañía, Horsham ha presentado recientemente RE/8, una malla hecha con Makrolon RE, un nuevo polímero con un 88% de contenido de biomasa que se está utilizando también en productos de la industria sanitaria.
Es una solución «que no supone ninguna interrupción del proceso ni ningún cambio en el rendimiento respecto a los materiales anteriores», según afirma la empresa en su página web.» El producto a base de biomasa «es químicamente idéntico en un 100% a su equivalente de combustible fósil, conservando las mismas prestaciones en cuanto a propiedades físicas, mecánicas, térmicas, ópticas, ignífugas y de resistencia a la intemperie».

El objetivo es contribuir a la descarbonización con esta malla reciclable gracias a su composición. Incluso los colores en los que está disponible el Kaynemaile, desde el bronce al verde jade, pueden eliminarse mediante procesos de bajo consumo energético, ya que están hechos a base de carbono. En un futuro próximo, ambas empresas confían en poder llegar a un material 100% reciclable para contribuir a una verdadera economía circular.
Fuente: el español