Estos conceptos te ayudarán a entender cómo son y cómo funcionan las construcciones «verdes» de hoy y de mañana.

Aerotermia
Es una tecnología de intercambio de energía térmica con el aire que, mediante una bomba de calor, genera energía calorífica o frigorífica. Los avances en esta tecnología los últimos años han permitido elevar su eficiencia, de forma que con 1 kW de electricidad consumido se puede generar de 3 a 5 kW de calor. La normativa europea incluso la define como fuente de energía renovable en determinadas circunstancias.
Arquitectura bioclimática
Se basa en la relación entre el edificio y su entorno natural. Se diseña en función de las condiciones climáticas del lugar, aprovechando los recursos disponibles y naturales, y buscando el confort térmico con estrategias pasivas y sin equipos mecánicos. El emplazamiento es primordial, pues un río, la vegetación del entorno, el asoleamiento o el viento son recursos a tener en cuenta, así como los materiales locales disponibles.
Arquitectura expansiva/compacta
Dominar la forma de los edificios consigue reducir pérdidas energéticas. Cuanto más extremas sean las temperaturas, más compacidad y menos contacto con el exterior ayudarán a preservar el calor en invierno y el fresco en verano. En los climas cálidos y húmedos, una arquitectura expansiva creará sombras y ayudará a ventilar. El reto es encontrar el equilibrio entre la captación solar y la superficie de exposición con el entorno.
Cadena de custodia
La certificación de la cadena de custodia (CdC) en la arquitectura se aplica sobre los productos derivados de la madera fundamentalmente, pero su aplicación sería muy positiva también en otras explotaciones de recursos. En el caso de la madera controla todo el proceso de extracción, el transporte, la transformación y su distribución, garantizando procesos respetuosos con el medioambiente.
Certificado energético
El certificado energético mide el consumo energético de un edificio y las emisiones CO2 que genera. Es una herramienta, regulada por la normativa, que informa y ayuda a crear conciencia sobre la eficiencia energética. Existen otras certificaciones de sostenibilidad de ámbito privado, que además miden el impacto ambiental de un edificio en todo su ciclo de vida. Son sellos como Leed, Verde, Breeam, Well o Passivhaus.
Ciclo de vida
Las etapas del ciclo de vida de un edificio abarcan el diseño, la extracción, producción y transporte de materiales, su construcción, uso y mantenimiento, las renovaciones y su demolición. En cada uno de estos procesos podemos identificar y reducir el impacto ambiental generado y tener en cuenta la capacidad del edificio de albergar distintos usos, alargar su vida útil y prever la reutilización, reintroducción o reciclaje de sus componentes.

Ciudad sostenible
Según cifras de la ONU, se espera que en 2050 dos tercios de la humanidad vivan en zonas urbanas. El gran impacto que generan las ciudades en el medioambiente y en la vida de las personas crea una necesidad de transformarlas en lugares más sostenibles. Proporcionar transporte limpio, proteger el patrimonio cultural y natural y garantizar el acceso a viviendas dignas son medidas que nos acercan a este objetivo.
Cradle to Cradle
El concepto «de la cuna a la cuna» tiene el objetivo de eliminar los residuos. Este modelo, que imita la naturaleza y se basa en la economía circular, busca que todo objeto o producto, una vez finalizada su vida útil, sea reutilizable e introducido de nuevo en el ciclo natural como nutriente biológico no tóxico, o en un nuevo ciclo técnico e industrial creando un proceso de ciclo circular continuo e indefinido.
Disminución de demanda energética
El consumo energético de los edificios se sustenta aún mayoritariamente en recursos de origen fósil; por este motivo, la normativa de la edificación es muy exigente en términos de cuánta energía necesitará consumir para mantener las condiciones de confort idóneas en su interior. El Código Técnico de la Edificación (CTE) no deja de actualizarse en este sentido; la última vez, en julio de 2020.
Domótica
Los sistemas de automatización permiten gestionar de forma eficiente la energía y así reducir el consumo de un edificio. Una buena programación permitirá automatizar los dispositivos de climatización según condiciones de clima exterior y de temperatura y ocupación interior del edificio, o los elementos de sombreado y la iluminación artificial en función de las condiciones lumínicas del día.

Envolvente térmica
Cómo configuramos la piel del edificio es clave para conseguir un confort térmico interior y reducir el consumo energético. Existen distintas estrategias que van estrechamente ligadas a las condiciones climáticas del lugar. Conceptos clave son la masa térmica acumuladora de calor, el aislamiento, los puentes térmicos, la proporción de huecos, la captación solar o los colores como acumuladores o reflectores.
Flexibilidad
La demolición de edificios genera residuos y consume energía. Si queremos alargar su vida útil debemos prever que sus usos puedan cambiar, así como sus usuarios. Los edificios especializados tienden a ser demolidos si ya no permiten otras actividades; está en nuestras manos el encontrar un equilibrio entre las necesidades presentes y las futuras de las construcciones que diseñamos.
Gestión de residuos
Los edificios generan residuos en todas las etapas de su ciclo de vida: en la obtención de sus materiales, en el proceso de construcción, durante su uso y en su deconstrucción. La construcción prefabricada reduce considerablemente los residuos generados y facilita su gestión. Además, durante la vida útil del edificio este también ha de facilitar la correcta gestión de los residuos derivados de su utilización.
Fuente: diarionorte.com