Con efecto ecológico y post pandemia, revive el interés por los grandes ranchos en Estados Unidos. Una moda con ecos locales.
Hoy con el negocio del petróleo demodé, la mirada ecológica de los magnates vuelve a posarse en conquistar grandes extensiones de tierra como lo hicieron las grandes familias empresarias norteamericanas en el siglo XIX: los Rockefeller acumularon feudos masivos hasta que finalmente donaron gran parte de sus posesiones al Servicio de Parques Nacionales (una historia en la que se apoya la de los Dutton de “Yellowstone”), y concentraron su base de operaciones y negocios financieros en Nueva York.
Pero la pandemia disparó un revival ranchero. Cientos de magnates huyeron de las ciudades en busca de casas en el campo. El dueño de Amazon y el Washington Post, Jeff Bezos, por ejemplo, compró 170 mil hectáreas en Texas, alrededor de su compañía de vuelos espaciales suborbitales Blue Origin.
Estados Unidos es el hogar de 735 multimillonarios (según Forbes) y muchos están comprando grandes extensiones de tierra. Una tendencia que inició Ted Turner: el ex rey del cable es el segundo terrateniente privado más grande de EE.UU., con 890 mil hectáreas en cinco estados (además de sus propiedades en Argentina), en manos de una fundación familiar.
Y otros famosos lo siguieron, comprando ranchos en todo el Oeste: Bruce Willis, David Letterman, Michael Keaton, Kanye West, John Mayer, y muchos de los integrantes de la lista de Forbes 400.
En 2007, los 100 terratenientes privados más grandes de Estados Unidos poseían 11 millones de hectáreas. Catorce años después, controlan 17 millones según Land Report, la publicación de la propiedad privada, con un aumento del 56 por ciento. Muchos de ellos tienen terrenos adyacentes al Parque Nacional de Yellowstone, la meca de los grandes ranchos.
Fuente: noticias.perfil.com