La casa totalmente industrializada y pasiva creada por Estudio Albar lidera esta tendencia fabricada con su estructura de madera y su fachada de corcho.

Las casas prefabricadas de madera son tendencia y Casa Eñe de Estudio Albar es un ejemplo de ello.

Al borde del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en Madrid, entre encinares, jaras y lavandas, se erige Casa Eñe con un diseño cargado de sutileza que se mimetiza con el entorno. Apenas 40 metros de largo y solo 6 de ancho, componen la estructura rectangular de esta casa pasiva totalmente industrializada firmada por el estudio Albar, con Irene García y Daniel Lozano, transmitiendo en este proyecto la belleza de lo simple y la capacidad de generar espacios serenos y conectados.

Un nuevo rumbo en la construcción

La vivienda parte de la premisa de los clientes de lograr una vivienda de Consumo Energético Casi Nulo y mínimo impacto medioambiental. Por ello, se tomó la decisión de certificar la vivienda bajo el estándar Passivhaus, garantizando que la vivienda alcance los más altos estándares de sostenibilidad y eficiencia energética. Otro condicionante del proyecto, era la necesidad de ejecutar la obra en un reducidísimo plazo de seis meses. Esto hizo que se emplease una solución de muros de entramado ligero de madera previamente montados en fábrica.

Elegir la madera para su construcción, ofrece además numerosas ventajas: es un recurso renovable que promueve la sostenibilidad, brinda un excelente aislamiento térmico que mejora la eficiencia energética y es capaz de crear ambientes acogedores y saludables.

Un bloque rectangular

“Configuramos una vivienda rectangular, de 40 metros de largo y tan solo 6 metros de ancho, de tal modo que todas las estancias de la vivienda cuenten tanto con las vistas al norte como el soleamiento del sur”, explican desde Estudio Albar.

Huecos que enmarcan el paisaje

A lo largo de las dos fachadas principales de la vivienda, al norte y al sur, se abren grandes huecos cuadrados. Los del norte, ligeramente más pequeños para minimizar las pérdidas energéticas, enmarcan el paisaje y lo introducen en la vivienda; y los del sur, introducen el sol.

Un jardín con especies autóctonas

La estrategia de integrar vegetación autóctona en el jardín también responde a cuestiones de sostenibilidad. Se optó por especies caducas como el Quercus Pyrenaica (roble melojo), Acer monspessulanum (arce de Montpellier) o Ulmus minor (olmo común). Garantizando un sombreamiento de la fachada en verano y que sus ramas desnudas en invierno dejen pasar el sol en invierno.

Interiores conectados con el exterior

La vivienda, de 250 metros cuadrados cuenta con un esquema muy sencillo en el cual el perímetro queda liberado de cualquier tabique o elemento inmóvil, llevando a este perímetro las circulaciones de la vivienda. De este modo, cualquier circulación por la vivienda es equivalente a un paseo por el campo. Éste está siempre presente, silencioso, como un elemento más de la vivienda. No hacen falta cuadros, cada estancia tiene un marco a la Naturaleza.

Materiales naturales y ecológicos

Para el interior de la vivienda se han empleado únicamente materiales naturales, libres de compuestos volátiles y tóxicos, materiales transpirables e higroscópicos. Por ejemplo, la pintura, totalmente ecológica.

Blanco y madera

Se mimetiza elegantemente con su entorno áspero en el exterior, mientras que en su interior se presenta como un oasis de serenidad, sencillez y paz. El color blanco simboliza la claridad y transparencia.

Solo tres radiadores toalleros

Casa Eñe, con sus 250m2 de superficie y una factura de energía mensual media de 60€, se calienta en invierno con tan solo tres radiadores toalleros en los baños, demostrando que es posible disfrutar de un espacio acogedor, elegante y de diseño sin comprometer el medio ambiente ni el bolsillo del usuario.

Suelos de mortero de cal

Para el pavimento de toda la vivienda, enfatizando la idea de continuidad de la vivienda, se ha empleado mortero de cal natural sin juntas. Un pavimento continuo, formado por mortero de cal y cera natural, una solución 100% natural sin resinas y sin compuestos orgánicos volátiles.

Un despacho conectado con el paisaje

En la planta primera, totalmente independiente a la vivienda, hay un acceso a un pequeño pabellón destinado al despacho profesional de la familia.

Pasear por el campo dentro de casa

Al mismo pabellón se accede, nuevamente, deambulando por la cubierta plana, con el Parque como telón de fondo. “Nuevamente volvemos a pasear por el campo, aunque en este caso para llegar al trabajo”, comentan los diseñadores.

Solo hormigón en el forjado

La envolvente de la vivienda cuenta con una altísima eficiencia energética, alcanzada mediante altos espesores de aislamiento de casi 30 cm en fachadas y cubierta. El forjado de hormigón, el único hormigón empleado en esta vivienda, garantiza la inercia térmica del terreno en los meses de verano.

Completamente hermética

Pero tan importante es un buen aislamiento en la vivienda, como una excelente hermeticidad al aire. En esta vivienda, a través de dos exhaustivos ensayos ‘Blower door’, se ha garantizado tener una envolvente completamente hermética a cualquier corriente de aire no deseada. Ya puede soplar fuera un viento huracando fuera que dentro no se va a mover una cortina.

Las ventajas del proceso industrializado

La vivienda se construyó solo en 6 meses, gracias al proceso industrializado. Se empleó una solución de muros de entramado ligero de madera previamente montados en fábrica. Mientras en obra se estaban ejecutando los cimientos de la vivienda, en una fábrica se estaba elaborando, montando y ensamblando el armazón principal de la vivienda. Reduciendo considerablemente el tiempo en obra de montaje de la estructura, pudiendo levantar por completo la vivienda en tan solo dos semanas. Todo un reto conseguido gracias a la innovación de los procesos en las casas prefabricadas.

Fuente: revistaad.es

Por jfish

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