Modelos que van bien si están cerca de la cocina o integrados al living, para comedores con todas las letras y, también, para otros más reducidos frente a la competencia de las barras y las mesas ratonas.
De buena madera
La idea rectora fue hilvanar los diferentes momentos sociales e íntimos de quien habita esta unidad. Se usó mucha madera (maciza, enchapada, tramada, pintada y natural).
De buena madera II
Los dueños de un PH de estilo inglés, procuran que cada mueble, obra u objeto que hace parte de su hogar esté hecho en la Argentina. Porque les gusta su estética clásica y moderna, la mayoría vino de La Base Studio (ex Net Muebles), como los banquitos de petiribí o la mesa de patas angostas.
Sobre un modelo clásico
Para que convivieran mejor con la gran cantidad de madera de su espacio social integrado, la arquitecta Mabel Scaletzky, dueña de casa y de una marca de tejidos nativos, les aplicó algunos ajustes a los muebles que traía en la mudanza. Una de las primeras cosas que hizo fue laquear en negro su mesa de comedor: ya había vetas suficientes entre piso y paredes. Porque jamás pensó en desprenderse de esa pieza que había mandado hacer años antes inspirada en un diseño de Alberto Churba.
Solución redonda
En este caso se propuso lograr un living lo más grande posible en comparación con las dimensiones del departamento.
Cuando el espacio es reducido, las mesas redondas son ideales. Además, la falta de cabeceras las hace más simpáticas, y si se sienta un número impar de personas, no incomoda, como pasa en las rectangulares.
Escultural
En su planta baja con jardín, el fotógrafo Ezequiel Rohr hizo una edición muy precisa de los elementos. Con su gran pata cónica (que las sillas livianas dejan admirar tranquilamente), su mesa tapizada en pergamino tiene una calidad escultural que la pone en sintonía con las obras propias y ajenas que hacen único su departamento.
Una cálida experiencia
En este rincón la madera tiene mucho que ver: en el pie varillado de la mesa ovalada y en las persianas americanas que tamizan el dorado del sol, que reaparece en las sillas de pana y la lámpara colgante. El detalle que reafirma el espíritu relajado del comedor es el banco fijo, tapizado en un lino a rayas del mismo color de la pared.
Mucho más
La biblioteca y el sillón integran el comedor al living y hacen que la mesa se aproveche para trabajar o estudiar.
De obra
El espíritu de la villa piamontesa permanece en esta casa. Aunque la casa es espaciosa, la voluntad de mantener despejados los ambientes resultó en poner el comedor en la cocina. Lo organizaron en torno a una mesa de obra terminada en cemento alisado color hueso con extremos ciegos, siguiendo una lógica de barra, pero las sillas de esterilla restauradas no dan lugar a confusión sobre su importancia.
Impacto natural
En Experiencia Living 2022 quedó claro que hablar de cocina integrada implica ambientación, no solo espacialidad. Y los nuevos materiales acompañaron con practicidad y estética el vuelo de la inventiva.La mesada, la mesa y la barra fueron hechas con piedra natural.
Ni tanto, ni tan poco
Para este PH,se optó por una mesa de comedor de 90cm, más alta que lo estándar, para darle un estilo de isla, más informal.
Forma y color
La obra de Antonio Seguí hace de telón de fondo del comedor: eso llevó a definir una paleta neutra para el mobiliario: así, el cuadro se destaca aún más como protagonista del espacio.
Aggiornarse
La premisa fue lograr una planta funcional y moderna manteniendo la estructura general de la casa y ese estilo romántico, detallista y elegante de los años 40. Una síntesis clarísima que traduce al detalle lo que informa la vista. Por caso, la práctica mesa que dibujó el Estudio para que conviviera con el sillón de pana, la chimenea, las molduras y la barra que surgió al integrar parcialmente la cocina.
Fuente: la nación